jueves, 5 de septiembre de 2019

2- JESÚS OFRECE SALVACIÓN TERRENAL

Más familias en acción comprometidas en cuidar la salvación.




EL REGALO DE LA SALVACIÓN.

Jesús te ha escogido para darte el regalo de la salvación y la vida eterna.
La salvación que Dios nos ofrece cubre tres áreas de nuestra vida.
La primera es salvación terrenal
La segunda es salvación corporal
La tercera es salvación espiritual y eternal.

1.       LA SALVACIÓN TERRENAL.
Dios nos ofrece salvarnos de la angustia, el desespero y los sufrimientos causados por los problemas y las necesidades materiales, él se ofrece para ayudarnos a encontrar la solución a estas  situaciones difíciles e indeseables.

Mateo 6:31-34. Jesús dijo: Así que no se preocupen ni digan: “¿Qué vamos a comer?” o “¿Qué vamos a beber?” o “¿Qué ropa vamos a usar?” 32 La gente que no conoce a Dios se angustia por conseguir esas cosas, pero ustedes tienen a su Padre en el cielo que sabe que necesitan todo esto. 33 Así que, primero busquen el reino de Dios y su justicia, y se les dará todo lo que necesitan. 34 No se preocupen por el día de mañana, porque el mañana traerá sus propias preocupaciones. Cada día tiene ya sus propios problemas.

Fíjate como Jesús lo dice: “No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir.” Todos tenemos necesidades. Y estas necesidades son las básicas de la vida: comer, beber, cuidar nuestro cuerpo, el vestirnos.
Jesús habla de lo que es básico y esencial en la vida.
No de la necesidad de adquirir bienes materiales sino de las básicas y esenciales.
Y nos dice que no debemos angustiarnos por adquirirlas.
Es decir no debemos dejar que las emociones controlen nuestra vida.
Tenemos necesidad de ellas, sí. Y debemos buscar adquirirlas, sí. Pero sin afán, es decir sin dejarnos llevar de la angustia,  sin desesperación.
Nuestras emociones son importantes.  
Es Dios mismo quien nos llama a amarle a El sobre todas las cosas y a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Las emociones son parte de la vida de cada persona.
Pero lo que Jesús nos dice es que no debemos ser controlados por las emociones. No podemos dejar que nuestras emociones controlen nuestra vida.

Jesús nos dice: ten calma, contrólate, no dejes que estas cosas quiten de ti la paz, el gozo.
No pongas tu mirada únicamente en ellas.
La solución a ese afán: es poner nuestra fe en nuestro Padre celestial quien nos ama y nos considera la corona de su creación. 
En el Verso 26 de mateo 6 nos dice “Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?” 
Jesús nos dice: que nuestro Padre celestial cuida de su creación. El cuida de las aves: El provee para ellos. El las alimenta. Y si Dios hace eso con las aves y con los animales cuánto más no hará por ti y por mí que valemos mucho más que ellas.

Pon tu mirada en el amor que Dios tiene por ti. Él te ama. Y Dios no es uno que ama de palabra y nada más.
El siempre actúa por el bien de su pueblo. Y nos da mucho más de lo que pedimos. De todo esto se quiere encargar Dios si le recibimos su invitación a ser salvos por él, salvos de todas estas angustias que nos afligen y produce cansancio físico y espiritual.

En otras palabras, nuestra fe y nuestra paz sobre nuestro futuro debe descansar en Dios y en su amor y cuidado paternal por nosotros.
 En segundo lugar, nosotros buscamos el reino de Dios cuando  vivimos de manera distinta a cómo vive el mundo entero. 
En el Verso. 31-32. nos dice “No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas”.
El estar afanados por las cosas de la vida caracteriza la vida de los gentiles, es decir, del mundo, de los que viven según su propia manera de ver y entender las cosas y no tienen en cuenta las enseñanzas de Cristo.

Y Dios nos ha salvado del mundo, y está ofreciendo salvación a aquellos que todavía viven de esta manera y no han aceptado recibir la salvación que Jesús está ofreciendo a todos los que deseen salir de esta situación.

La salvación que nos ofrece Jesús es un llamado por Dios para mantenernos fuera del sistema del mundo.
Si queremos beneficiarnos de la salvación que Jesús ofrece no podemos vivir como vive el mundo.

Nosotros no debemos comportarnos como el mundo se comporta.
Nuestras prioridades deben ser distintas.
Nuestra visión de lo que es la vida debe ser distinta.
Si creemos que Dios es Dios y que El gobierna todo lo que sucede en la vida y que Él nos ama y tiene conocimiento de todas nuestras necesidades, entonces nosotros debemos vivir confiando que no estamos solos en este mundo.
Dios gobierna este mundo para el bien de sus hijos o sus salvados como lo quieras decir.

Pero sobre todo Jesús nos dice que hay una prioridad suprema. Y esa prioridad suprema sobre la comida, la bebida, el cuerpo y el vestido, es dedicarnos en cuerpo y alma por el reino de Dios. 
El Verso. 33 nos dice “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” 
Fíjate en el énfasis que Jesús pone: buscad, primeramente.
Esa debe ser nuestra prioridad sobre las necesidades básicas de la vida.

Dios debe ser lo primero en nuestra vida. Y todo lo relacionado con su reino: con su dominio, con sus leyes, con su evangelio, con todo lo que Él ha revelado en su palabra para el bienestar de nuestra vida.
¿Cómo buscamos el reino de Dios?

1.       BUSCAMOS EL REINO DE DIOS Dándole la prioridad al uso de todos los medios de gracia.
Nosotros tendemos a ser selectivos, en el uso de los medios de gracia.
Es decir que cuando nos dan un plato de comida nos la pasamos sacando las cosas que no nos gustan.

Buscamos las cosas a nuestro propio gusto, que se nos acomode y se nos facilite hacer, o lo que nos convenga humanamente,

Así mismo hacemos con los medios de gracia. Sacamos tiempo para leer la Biblia porque sabemos que ella es la palabra de Dios, y con razón.
Pero descuidamos la oración o el uso correcto de los mandamientos.
O dedicamos tiempo a la oración y no leemos la Biblia.
O simplemente leemos la biblia pero no analizamos o estudiamos de manera que podamos entender el mensaje para nuestra vida, y no nos examinamos para ver si estamos viviendo conforme nos enseña la palabra de Dios por medio de Jesucristo.

No debemos buscar lo que se nos facilite sino usar todos los medios de gracia que Dios ha instituido para el bienestar de nuestra vida.
¿Cómo está tu vida devocional para con Dios?
¿Lees y estudias la Biblia constantemente?
¿Oras a diario?
¿te preparas cuando vas a ministrar el servicio en la iglesia?
¿Meditas día y noche en la palabra de Dios para encontrar la solución a tus problemas, o para saber como debes actuar ante las diferentes circunstancias difíciles que vivimos a diario?

2BUSCAMOS EL REINO DE DIOS dando prioridad al culto familiar.
¿Te reúnes con tu esposa e hijos para juntos estudiar la Biblia, orar y cantar? El culto familiar se instituyó antes del culto público.
Las familias adoraban juntas en sus casas. El padre es el responsable primario de que el culto familiar se dé cada día en el hogar.
Lo vemos desde Deuteronomio 6:4-7. »Escucha, ¡Israel! El SEÑOR es nuestro Dios, el SEÑOR es uno. 
5 »Ama al SEÑOR tú Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza.
6 »Recuerda siempre estos mandamientos que te doy hoy. 7 Enseñaselos a tus hijos y háblales sobre ellos cuando estés en tu casa, cuando camines, cuando te acuestes y cuando te levantes.

3BUSCAMOS EL REINO DE DIOS DANDO prioridad a enseñarles la palabra de Dios a nuestros hijos y esposas.
Así hicieron con Timoteo su madre y su abuela. Desde niño les enseñaban las Escrituras. 
2 Timoteo 3:15 “y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.” ¿Cuándo fue la última vez que leíste un libro con tu esposa o le recomendaste que leyera un libro?
Algunos delegan la educación cristiana de sus hijos exclusivamente a la iglesia cuando los padres son los responsables primarios de la educación cristiana en el hogar.
Si el padre de familia no cumple con esto, entonces corresponde a las madres.
Esto es buscar el reino de Dios todos los días.
Ánimo hoy es tiempo de buscar el reino de Dios para que podamos recibir la salvación que Jesús nos ofrece, y así nuestro corazón será un altar encendido para Dios, donde no habrá campo para la angustia o desesperación.
en la próxima reunión continuaremos meditando como buscar el reino de Dios y como vivir en su justicia.
 de esta manera podremos descansar en él de todas nuestras angustias, y recibiremos de él la ayuda en nuestras necesidades, seremos salvos de la angustia y depresión que acarrea la necesidad de todas estas cosas.
bendiciones y que nuestro Señor Jesucristo este en sus vidas guiandolos y fortaleciendolos.



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